domingo, 22 de julio de 2012

LOS NIÑOS PERFECTOS

Siempre he defendido la idea de que los adultos, mas que enseñar a los niños tenemos que aprender de ellos. Me sorprende la forma tan rápida en que perdonan: Ejem. Cuando uno los regaña en clases o les dice cualquier babosada, dependiendo de nuestro estado de animo, vemos como se entristece su semblante y sin embargo a los pocos minutos vemos al niño que regañamos, llevándonos un dulce o una carta y la forma como nos dice: Lo quiero mucho maestro. Entonces siento como se me cae la cara de vegüenza y me doy cuenta que los niños son perfectos y por esa razón debo ser mejor profesor. (Aunque hasta la fecha dejo mucho que desear)...Pero los quiero chavitos. Gracias por todo lo que me han dado.

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